domingo, 19 de agosto de 2012

Canción novísima de los gatos. FedericoGarcíaLorca.



Crónica del día. 76 años de su muerte y aún vive. Como los buenos, los que saben y los que dijeron tanto que no hay olvido ni muerte que borre sus huellas, y dicho queda, lo dicho, y de lo que él queda por decir. Federico García Lorca. Presente.

Mefistófeles casero
está tumbado al sol.
Es un gato elegante con gesto de león,
bien educado y bueno,
si bien algo burlón.
Es muy músico; entiende
a Debussy, más no
le gusta Beethoven.
Mi gato paseó
de noche en el teclado,
¡Oh, que satisfacción
de su alma! Debussy
fue un gato filarmónico en su vida anterior.
Este genial francés comprendió la belleza
del acorde gatuno sobre el teclado. Son
acordes modernos de agua turbia de sombra
(yo gato lo entiendo).
Irritan al burgués: ¡Admirable misión!
Francia admira a los gatos. Verlaine fue casi un gato
feo y semicatólico, huraño y juguetón,
que maullaba celeste a una luna invisible,
lamido (?) por las moscas y quemado de alcohol.
Francia quiere a los gatos como España al torero.
Como Rusia a la noche, como China al dragón.
El gato es inquietante, no es de este mundo. Tiene .
el enorme prestigio de haber sido ya Dios. .
¿Habéis notado cuando nos mira soñoliento? .
Parece que nos dice: la vida es sucesión.
de ritmos sexuales. Sexo tiene la luz, .
sexo tiene la estrella, sexo tiene la flor. .
Y mira derramando su alma verde en la sombra. .
Nosotros vemos todos detrás al gran cabrón. .
Su espíritu es andrógino de sexos ya marchitos, .
languidez femenina y vibrar de varón, .
un espíritu raro de inocencia y lujuria, .
vejez y juventud casadas con amor. .
Son Felipes segundos dogmáticos y altivos, .
odian por fiel al perro, por servil al ratón, .
admiten las caricias con gesto distinguido.
y nos miran con aire sereno y superior. .
Me parecen maestros de alta melancolía, .
podrían curar tristezas de civilización. .
La energía moderna, el tanque y el biplano.
avivan en las almas el antiguo dolor. .
La vida a cada paso refina las tristezas, .
las almas cristalizan y la verdad voló, .
un grano de amargura se entierra y da su espiga. .
Saben esto los gatos más bien que el sembrador. .
Tienen algo de búhos y de toscas serpientes, .
debieron tener alas cuando su creación. .
Y hablaran de seguro con aquellos engendros.
satánicos que Antonio desde su cueva vio. .
Un gato enfurecido es casi Schopenhauer. .
Cascarrabias horrible con cara de bribón, .
pero siempre los gatos están bien educados.
y se dedican graves a tumbarse en el sol. .
El hombre es despreciable (dicen ellos), la muerte.
llega tarde o temprano ¡Gocemos del calor! .
Este gran gato mío arzobispal y bello.
se duerme con la nana sepulcral del reloj. .
¡Que le importan los senos (?) del negro Eclesiastés, .
ni los sabios consejos del viejo Salomón? .
Duerme tú, gato mío, como un dios perezoso, .
mientras que yo suspiro por algo que voló. .
El bello Pecopian (?) se sonríe en mi espejo, .
de calavera tiene su sonrisa expresión. .
Duerme tú santamente mientras toco el piano. .
este monstruo con dientes de nieve y de carbón. .
Y tú gato de rico, cumbre de la pereza, .
entérate de que hay gatos vagabundos que son.
mártires de los niños que a pedradas los matan.
y mueren como Sócrates.
dándoles su perdón. 

"Canción novísima de los gatos" permaneció inédito hasta 1986.

LA AMISTAD CONVENIENTE.


Crónica del día: Aristóteles menciona tres tipos de amistad: por interés, por placer y por el bien; pero sólo la que surge del bien merece llamarse amistad.
Se dice que el movimiento se demuestra andando. Y la amistad con la preocupación por el amigo.


Para seguir con los filósofos que son los que más filosofía nos han dejado para que, si el tiempo no lo impide, podamos dar con ellos una vuelta por el ayer para establecer el hoy de lógicas y sentires, recurro a Cicerón: «Sólo en el peligro se conoce al verdadero amigo»

Pero verdaderos amigos, de imperecederas huellas en la arena, aunque el tiempo inexorable borre los días, hay pocos. Y algunas amistades resultan peligrosas. Otras, ni siquiera eso: digamos que les pasa como a determinados productos del mercado, que están hechos para no durar; y puede aplicárseles eso de "mantente, mientras cobro.

Se dice por la parte más ignorante del globo, que los gatos somos de conveniencia, nada sociables porque ni tenemos memoria, que, al contrario que el perro, no guardamos fidelidad ni conocemos dueño y que, si se queda la puerta abierta, nos vamos abandonando la mano que nos dio de comer.

Permítaseme escarbar en la tierra y tapar con ella las discrepancias.
Es en la turbación donde la amistad se pone a prueba.

Me asomo con timidez a la calle, mientras la calle huele a estiércol. Dicen que están abonando la huerta, y el aire trae el olor de su alimento. Yo sé que no; no es tiempo de abono, sino de cosecha. Y no es fácil engañar a un gato por el olor; ni por el ruido y mucho menos, por la vista. A nadie se le escape, que vemos por encima de las cabezas, lo que no es visible al ojo humano; aunque claro, hay quién piensa que esto es cosa de brujería, porque también arrastramos estigmas creados por una sociedad ignorante que no ha sido barrida aún por los huracanes ni las guerras; ni siquiera exterminada por la raza humana que se dice, tan superior e inteligente.
Los gatos no somos tontos, y menos, desagradecidos. Eso lo dejamos a algunos humanos que tantas veces no saben ver más allá de sus narices maquilladas bajo cabezas poco amuebladas. Los gatos sabemos conocer y reconocer a quién nos alimenta, devolviendo una acaricia envuelta en el dulzor de un ronroneo, y mirar con ojos de afecto mientras arrullamos el desaliento de nuestros humanos. Nadie puede negar la felina compañía que brindamos.


Es la especie humana,- aunque no se me ocurre generalizar- quién siente envidia del aire que otro respira. Humanos de conveniencia que pagan a la amistad con falsa moneda; y ni siquiera se preguntan como nos irá a los gatos cuando un ladrón nos quita las sardinas de la gatera…¡¡Que será, si alguna vez se les necesita para cazar ratones¡¡

Sigo mirando por la ventana. Una joven ardilla hoy, ha alegrado mis ojos recién despiertos. Rápida y pizpireta sobre la mañana aún fresca, cruza como una exhalación la barandilla con huellas de ratero marcadas como tatuaje dolorido; y me recuerda lo rastrero del ser in-humano. Ella, al contrario que los gatos, si es rara; libre, pero sin dueño que le acaricie la piel sedosa. Huidiza y desconfiada en sus modales a dentelladas. Pero no la envidio; mi cama está vestida de hogar y mi piel arrugada de abrazos; y maúllo, mirando a los ojos a los humanos que me habitan, que soy feliz porque nada le debo a nadie, sino el sentir amor por los que me aman, y sé que están ahí, con dedos contados en las zarpas; pero están ahí...De los otros, siempre podré decirles ese proverbio árabe que dice: " Quién no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación", por tanto, sobran los maúllidos.

Ha llegado el momento de la siesta;  me enrosco sobre mí para dormir abrazándome a los sueños; porque es en los sueños donde todo ocurre como se espera soñar.